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Una mujer alemana de 97 años, cuyo juicio por ayudar en los crímenes nazis se descarriló brevemente cuando el año pasado huyó. Ahora fue declarada culpable de complicidad en 10.500 asesinatos en campos de concentración.
Irmgard Furchner tenía 95 años cuando fue arrestada y acusada de delitos relacionados con su trabajo como secretaria en el campo de concentración de Stutthof en la Polonia ocupada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Juzgada en un tribunal de menores porque en ese entonces tenía menos de 21 años.
Este martes 20 de diciembre de 2022 fue sentenciada a dos años de libertad condicional, en lo que probablemente sea una de las condenas finales relacionadas con crímenes cometidos durante el régimen nazi.
En Stutthof, ubicada cerca de la actual ciudad polaca de Gdansk, se utilizó una variedad de métodos para asesinar a los detenidos y miles murieron en las cámaras de gas desde junio de 1944.
El tribunal de Itzehoe, en el norte de Alemania, escuchó a los sobrevivientes del campo, algunos de los cuales murieron durante el juicio.
Furchner inicialmente se resistió al enjuiciamiento y huyó en taxi de su hogar de ancianos el primer día de su juicio; pronto fue detenida. Furchner tampoco había comentado sobre los cargos en su contra hasta hace poco, cuando habló brevemente durante su última comparecencia ante el tribunal a principios de este mes.
Aunque ella era una trabajadora civil, el juez estuvo de acuerdo en que estaba completamente al tanto de lo que estaba pasando en el campamento.
Se cree que unas 65.000 personas murieron en condiciones horrendas en Stutthof, incluidos prisioneros judíos, polacos no judíos y soldados soviéticos capturados.
“Lamento todo lo que sucedió”, dijo, en un comunicado que, según los informes de noticias locales, había sido una sorpresa. “Lamento haber estado en Stutthof en ese momento. Esto es todo lo que puedo decir."
A principios de este año, un exguardia del campo de exterminio nazi de 101 años fue sentenciado a cinco años de prisión por su papel en el campo de concentración de Sachsenhausen, cerca de Berlín. Había mantenido su inocencia y aún no ha comenzado su condena en prisión.
