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Niños refugiados de Ucrania en el Centro de Educación Forestal y de Campo de Nes Harim

Cinco meses desde su llegada

A principios de este año, el Keren Kayemet abrió sus puertas a un grupo de 100 niños refugiados judíos y 40 adultos acompañantes, quienes huyeron de la violencia en Ucrania. El grupo llegó procedente de la ciudad ucraniana de Zhitómir, del Centro de Rehabilitación Social y el Hogar Infantil para niños judíos de Jabad, “Alumim”. La ciudad de Zhitómir está ubicada al oeste de Kiev, la capital, y constituye un punto clave en el corredor humanitario y logístico que conecta a la ciudad de Kiev con el resto de Europa y es por eso que fue objeto de bombardeos rusos desde el comienzo de la invasión.

"Me desperté debido a dos explosiones y no entendí qué pasaba", recuerda Iryna Kabakova, una madre refugiada que se encuentra en el Centro de Nes Harim. "Estas dos explosiones cambiaron mi vida por completo. La situación empeoró cada vez más y decidí huir con mis cinco hijos".

Tras un terrible viaje de 10 días a pie, desde su ciudad devastada por la guerra hasta la ciudad de Cluj en Rumania, donde tomaron un vuelo rumbo a Israel, el grupo finalmente llegó a las puertas del Centro de Educación Forestal y de Campo (FFEC) de Nes Harim, en la noche del 6 de marzo, exhaustos, traumatizados y con casi no más que la ropa que llevaban puesta.

Transformarse en familia

El equipo del KKL, con la directora del Centro de Nes Harim, Guili Maimón al frente, acogió de inmediato a los niños y sus cuidadores, y se hicieron cargo de satisfacer todas sus necesidades. Los amigos y asociados del KKL en Israel y en todo el mundo se movilizaron para apoyar a los niños y, gracias a ellos, Guili y su equipo pudieron rápidamente conseguir ropa, juguetes, juegos y comida.

"Un Centro de educación forestal y de campo está diseñado para albergar a grupos de visitantes durante unos pocos días", señaló Guili, "y de repente, tuvimos que crear instalaciones para una larga estadía. Por ejemplo, tuvimos que crear un cuarto de lavado casi de la noche a la mañana y conseguir un montón de lavadoras alrededor de las cuales construimos de inmediato un cobertizo".

Fue realmente una experiencia conmovedora y emotiva, tanto para el personal del KKL como para los refugiados: presenciar el enorme de apoyo de ustedes, nuestros amigos de todo el mundo. Gracias a vuestra ayuda, pudimos crear un entorno físico enriquecedor, con instalaciones especiales para actividades destinadas a ayudar a los niños a recuperarse en lo afectivo, estimular su confianza y fortalecer su vínculo con Eretz Israel, la Tierra de Israel, y su gente. Los ejemplos incluyen el área de juegos para niños pequeños y la pista de obstáculos al aire libre estilo Ninja (donado por el KKL de Canadá), un zoológico interactivo (donado por el KKL de Alemania), zonas de descanso con sombra, espacios de juegos y un mini-invernadero para actividades ecológicas.

"Estamos todos juntos", señaló el Rabino Shlomo Wilhelm, el Gran Rabino de Zhitómir, "porque Am Israel, el pueblo judío, es uno".

La vida en Nes Harim

Tras el impacto inicial, los niños rápidamente lograron adaptarse a una rutina diaria en Nes Harim. Comienzan la jornada con un desayuno comunitario y un servicio de Tefilá, plegaria, de la mañana, seguido por clases y otras actividades organizadas según las distintas edades (las que van de 2 a 18 años). Los chicos más grandes cursan materias tales como informática, deportes, estudio de la Torá, legado judío e historia y geografía de Israel, mientras que los pequeños en edad preescolar asisten al jardín de infantes y los más pequeñitos a una guardería.

Momentos especiales

Además del horario regular, los niños participan en excursiones, eventos especiales, juegos, música y entretenimiento y, por supuesto, celebraciones de las festividades judías.

Una de las primeras excursiones a las que viajaron fue a la Ciudad Vieja de Jerusalén, donde iniciaron un recorrido a través del tiempo en las Minharot Hakotel (los Túneles del Muro Occidental) y rezaron por la paz en el Kotel.

"Aprendimos acerca de Jerusalén en la escuela, rezamos por ella y durante tanto tiempo añorábamos visitarla… y finalmente, estamos aquí", expresó Jaia Mushka Kolesnik, de 14 años.

Antes de Purim, los niños prepararon mishlojei manot (regalos de comida y golosinas) y tarjetas para enviar a familiares y amigos que todavía se encuentran en Ucrania. Se podía ver a través de sus rostros cuán significativo era esto para ellos. El día de Purim en sí fue una celebración extraordinaria y colorida, en la que participaron niños israelíes locales y estuvo llena de castillos inflables, globos, pinta caras, un concurso de disfraces y, por supuesto, la lectura de la Meguilá.

En Pesaj, disfrutaron de un Seder en conjunto y en los días de Jol Hamoed, hicieron excursiones de un día: una de ellas fue a Beit Itab, acompañados por guías del KKL, quienes les transmitieron la experiencia de Israel a través de los pies.

Y ahora, para el verano …

El mes pasado (julio de 2022), las voluntarias de Sherut Leumí (el Servicio Nacional de Israel) ayudaron al KKL a organizar un campamento diario para niños de hasta 14 años. Las niñas de 15 años en adelante participaron en un programa denominado "jóvenes guardabosques" junto a los hijos del personal del KKL, mientras que los niños mayores de 15 años estudiaron hebreo.

Para el mes de agosto están previstos viajes de campamento: una semana para las niñas y una semana para los niños. Para la segunda quincena de agosto, el personal del KKL proyecta realizar otro campamento adicional, pero el formato será por el día.

Seguiremos manteniéndoles informados sobre el progreso de los niños.

 

Fuente: Keren Kayemet LeIsrael

 

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