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Los siguientes son extractos de la declaración del Primer Ministro Benjamin Netanyahu a los medios de comunicación el pasado miércoles 1 de marzo, en la Oficina del Primer Ministro en Jerusalén, en ocasión de las manifestaciones que la ciudadanía israelí ha llevado a cabo al encontrarse en contra de decisiones del actual gobierno.
Netanyahu dijo: “Ciudadanos de Israel, el derecho a manifestarse es un valor democrático fundamental; sin embargo, la libertad de manifestación no es libertad para parar el país. Quien dijo esto hace 20 años fue el expresidente de la Corte Suprema, Aharon Barak. Era correcto entonces y es correcto también hoy, la libertad de manifestación no es una licencia para llevar al país a la anarquía, al caos, porque un país soberano no puede tolerar la anarquía.
Sé que entre ustedes hay muchos ciudadanos que aman la patria y que apoyan con fervor la reforma judicial. Sé también que hay muchos otros ciudadanos que también aman la patria, que se oponen a la reforma con el mismo fervor. Pero en una democracia hay reglas claras sobre cómo tener un debate. Hay líneas rojas que no se pueden cruzar y no importa cuán profundo, tormentoso y emotivo sea el debate.
La línea roja nítida y clara es que la violencia y la anarquía están absolutamente prohibidas.
Ayer en Hawara, tras el horrible asesinato de dos hermanos maravillosos, les dije a los infractores de la ley: No toleraremos una situación en la que cada uno haga lo que crea conveniente.
No podemos tolerar la violencia. No podemos tolerar agredir a los policías. No podemos tolerar el bloqueo de carreteras. No podemos tolerar amenazas a figuras públicas y sus familias. No permitiremos la transgresión de la ley y la violencia en ningún lado.
Hace veinte años, el debate entre nosotros no era menos tormentoso, ni menos desgarrador, ni menos abarcador. Todo un público que se oponía profundamente a la política del gobierno sentía que su mundo estaba siendo destruido. Hace veinte años, en la Separación, el Gobierno de Israel decidió desarraigar a más de 8.000 israelíes de sus hogares, exhumar los cuerpos y destruir sus comunidades.
Quienes se opusieron a la política del Gobierno vieron desmoronarse el trabajo de su vida y muchos de ellos creyeron con todo su corazón que ese era el comienzo de la destrucción del Tercer Templo. Emprendieron una lucha aguda y decidida, una lucha pública enérgica y poderosa que abarcó a muchas personas en el país.
Pero también diré algo más; Sé que esto no es todo el mundo.
Me gustaría hacer un llamado a todos para escuchar a Esti Yaniv, la madre de los niños, que fue expulsada de Gush Katif y perdió a sus dos hijos el lunes, en el momento más duro de su vida, llamó a la unidad y ella es correcto.
Vuelvo a pedir calma. Llamó al cese de la violencia y creo y espero que pronto encontraremos el camino del diálogo. Nadie levantará la mano a su prójimo, porque somos hermanos. No tenemos otro país. 'Ayudaron cada uno a su prójimo; y cada uno dijo a su hermano: 'Ánimo'. [Isaías 41:6]".
