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El primer ministro Benjamín Netanyahu, ayer jueves 26 de diciembre de 2024, fue al centro de mando y control de la Fuerza Aérea junto con el ministro de Defensa, Israel Katz, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, el teniente general Herzi Halevi, y el jefe de la Fuerza Aérea, el mayor general Tomer Bar, para monitorear de cerca el ataque a la infraestructura terrorista de los hutíes en el interior de Yemen y a lo largo de la franja costera occidental.
El primer ministro Netanyahu mencionó:"Esta noche encendemos la segunda vela de Janucá. Estamos en la guerra de la redención, los Macabeos de nuestro tiempo.
Hace poco, la Fuerza Aérea atacó objetivos de la organización terrorista hutíe en Yemen, tanto a lo largo de la costa como en Sana'a.
"Persistiremos en cortar el brazo terrorista del eje del mal de Irán hasta que terminemos el trabajo".
Por su parte, el Ministro de Defensa Katz aseguró:"Acabamos de ver una operación precisa de la IAF, mientras atacaba objetivos estratégicos hutíes en Yemen.
Como hemos dicho, a quien dañe a Israel, le haremos daño. Perseguiremos a todos los líderes de los hutíes y los atacaremos como lo hemos hecho en otros lugares. Nadie podrá evadir el largo brazo de Israel. Los atacaremos para eliminar las amenazas al Estado de Israel".
Los hutíes, que surgieron como una fuerza política y militar en Yemen en la década de 1990, son una mafia fanática que ha disparado un aluvión constante de misiles y drones contra Israel desde el 7 de octubre, supuestamente por solidaridad con los palestinos, e interrumpió gravemente el tráfico mundial de contenedores marítimos con ataques a los buques que se dirigían al Canal de Suez. Al igual que Hamas, en Gaza, no les importan las consecuencias que sus acciones podrían traer a los civiles yemeníes. Y han gastado una fortuna en esta locura, gran parte de ella proporcionada por Irán, en un país en el que el PIB anual per cápita es de alrededor de 600 dólares, alrededor del 1% del de Israel.
Debido a que las amenazas que representan son tan diversas y tocan tantas partes diferentes de la vida global, cualquier estrategia internacional para combatirlas debe ser múltiple. Debe incluir, para empezar, los siguientes componentes:
Campañas militares sostenidas para acabar con las capacidades de misiles de los hutíes y destruir sus cadenas de suministro. Un modelo para este esfuerzo podría ser los recientes ataques altamente estratégicos y debilitantes de Israel contra la infraestructura de Hezbolá en el Líbano.
Mayor seguridad marítima para proteger las rutas marítimas del Mar Rojo. Una coalición multinacional debe reforzar las patrullas navales en la región para garantizar la seguridad de los buques comerciales. Interrumpir el control creciente de los hutíes de este estrecho crucial ayudará a disminuir su poder en general.
Presión económica y diplomática, principalmente a través de sanciones, dirigidas al liderazgo hutíe y sus patrocinadores iraníes.
Abordar la crisis humanitaria de Yemen: El poder de los hutíes prospera en el vacío del estado fallido de Yemen. Apoyar la reconstrucción y la gobernanza en áreas no controladas por los hutíes es crucial para socavar su influencia.
