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Por Uri Zela
“Comieron una décima parte de lo que debían comer", afirmó el experto, pidiendo que los transeúntes no digan que los individuos rescatados "tienen buen aspecto".
Mientras el pueblo de Israel respiró aliviado al ver a los cuatro secuestrados regresar en condiciones aparentemente razonables, un nutricionista de Sheba que los atendió dijo que padecían desnutrición severa y que les esperaba una larga rehabilitación.
"Comieron una décima parte de lo que debían comer", afirmó el experto, pidiendo que los transeúntes no digan que los individuos rescatados "tienen buen aspecto".
Las fotos y videos que circularon de la repatriación de los cuatro rehenes que fueron rescatados de Gaza levantaron voces en las redes sociales que aseguraron que lucían "mejor" de lo esperado después de un largo período de cautiverio.
Mittal Binyamin, nutricionista clínico del Hospital Sheba de Tel Hashomer que los recibió y trató, explicó en una entrevista con Walla por qué las apariencias ocultan desnutrición y graves deficiencias debido a las difíciles condiciones que vivieron. Binyamin pidió a la gente que elimine la palabra "bien" de su vocabulario cuando hablen de ellos.
"Al principio, desde el momento del secuestro, literalmente los mataron de hambre. Las condiciones eran psicológicas. La Organización Mundial de la Salud establece un estándar mínimo para la seguridad nutricional que un ser humano necesita para sobrevivir. En los primeros meses, recibieron uno- una décima parte de la cantidad de calorías y no recibía ninguna proteína. Dos comidas al día y pan de pita, y eso es todo", dice.
"Lo que le sucede al cuerpo en tal situación es que tiene que descomponer las reservas disponibles: los músculos. Cuando volvieron, estaban muy agotados en términos de músculos. No quedaban músculos en el cuerpo, sólo piel suelta; todo estaba [desaparecido]."
Ella dijo: "Cuando las personas pierden peso muy rápidamente sin comer proteínas, esto es lo que sucede: el cuerpo digiere el tejido muscular. Es común pensar en los músculos como brazos y piernas, pero también son órganos internos como el corazón, el estómago , y el diafragma. En una situación extrema, el cuerpo debe activar el corazón, el cerebro y el sistema respiratorio, por lo que paraliza otros sistemas".
Después de unos meses, dice, hubo cierta mejoría en las condiciones nutricionales respecto a las que recibían antes. Pero incluso entonces, las condiciones que recibieron fueron infrahumanas.
"Comieron alrededor de una décima o una cuarta parte de lo que se supone que debían comer. En comparación con los cien necesarios, desde cero proteínas hasta diez gramos de proteína. Eran personas jóvenes y sanas con masa muscular, personas que hacían ejercicio. Cuando el cuerpo está pasa hambre y recibe más calorías, las almacena como grasa, no como masa muscular.
"Lo que puede parecer un estado normal de una persona que no pasa hambre se debe únicamente al exceso de grasa. Pero los profesionales los ven sin ropa, los examinan y ven que la situación es diferente".
"Todos perdieron peso", explicó. "Al principio, mucho, en promedio, entre diez y 12 kilogramos, y cuando las condiciones mejoraron, aumentaron ligeramente. Ahora pesan de tres a cinco kilogramos menos que su peso normal, pero lo que recuperan es grasa y les hicimos pruebas de fuerza muscular y sus resultados fueron pobres, incluso desde el mínimo posible en nuestra tabla".
Los padres de Andrey Kozlov, por ejemplo, dijeron que intentó entrenar en cautiverio. "Tal vez fue bueno para la mente, pero no se pudo desarrollar músculo debido a la falta de proteínas. Todos regresaron severamente desnutridos según todas las categorías. Las consecuencias de esto podrían ser daños a los órganos internos; es probable que si no fuera así no hubiera durado más, habríamos visto más lesiones, por ejemplo, en el músculo cardíaco y neurológicamente hablando. Aún así, cuando la situación vuelva a la normalidad, es posible que ya se produzcan efectos en las personas menos sanas que están en cautiverio. "No queremos bajar la moral ni causar dolor a las familias de los secuestrados que todavía están en cautiverio".
"También tuvimos que complementar su ingesta de vitaminas y minerales", añade, "por ejemplo, vitamina D porque no estaban expuestos al sol, vitamina B, que es responsable de la actividad cerebral. Hay que entender que la apariencia no influye". "No se encuentran bien, ni mental ni nutricionalmente. Necesitarán una larga rehabilitación, pero creemos que podrán recuperar una buena salud".
Fuente: The Jerusalem Post
