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El Gobierno de Israel informó a primera hora del pasado sábado de que un avión no tripulado atacó a la residencia del primer ministro del país, Benjamín Netanyahu, sin víctimas en el ataque.
Las sirenas antiaéreas se activaron en Israel como consecuencia de este ataque, advirtiendo de que procedía de Líbano, cuando un dron fue lanzado, concretamente, hacia la vivienda de Benjamín Netanyahu en Cesarea, según los detalles que ha dado el Ejecutivo. Los ataques a Israel y esta ofensiva en particular coinciden con la intensificación de la guerra contra el grupo paramilitar libanés Hezbolá, un aliado de Hamás que también está respaldado por Irán. Además, se produjo después de que las Fuerzas de Defensa israelíes mataron al máximo líder de Hamás.
La milicia afirmó este viernes que planeaba iniciar una nueva fase en los combates con el lanzamiento de más misiles guiados y drones explosivos a territorio israelí.
El enfrentamiento entre Israel y Hamás, que llevan más de un año combatiendo en Gaza, continúa y ambos bandos se resisten a poner fin a la guerra tras la muerte del líder del grupo insurgente, Yahya Sinwar, esta semana.
Por su parte, el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, dijo el viernes que la muerte de Sinwar fue una pérdida dolorosa, pero destacó que Hamás ha seguido adelante a pesar de las bajas de otros líderes antes de él.
En relación con el atentado que sufrió Netanyahu, dijo firmemente: “El intento del Hezbolá, un agente de Irán, de asesinarme a mí y a mi esposa hoy fue un grave error. Esto no disuadirá ni a mí ni al Estado de Israel de continuar nuestra justa guerra contra nuestros enemigos para asegurar nuestro futuro. Digo a Irán y a sus agentes en su eje del mal: Cualquiera que intente dañar a los ciudadanos de Israel pagará un alto precio. Seguiremos eliminando a los terroristas y a quienes los envían. Traeremos a nuestros rehenes a casa desde Gaza. Y devolveremos a nuestros ciudadanos que viven en nuestra frontera norte sanos y salvos a sus hogares. Israel está decidido a lograr todos nuestros objetivos de guerra y cambiar la realidad de seguridad en nuestra región para las generaciones venideras”.
“Juntos lucharemos y, con la ayuda de Dios, juntos ganaremos", finalizó el primer ministro israelí.