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Cambio de Mesa Directiva de la Kehilá Ashkenazí

En una emotiva ceremonia realizada en la terraza del Centro Comunitario Ramat Shalom el 5 de mayo de 2025, Mauricio Bicas concluyó su periodo como Presidente de la Comunidad Ashkenazí de México y entregó la estafeta a la Dra. Raquel Feldman, quien asumió el cargo con el compromiso de dar continuidad a la gran labor realizada en beneficio de nuestra Kehilá, con la presencia de distinguidos líderes comunitarios, entre ellos el Sr. Elías Achar, Presidente del Comité Central de la Comunidad Judía de México, y Askanim de nuestra Institución.

El Lic. Víctor Goldner, Director General de la Comunidad Ashkenazí, fungió como maestro de ceremonias en este acto de relevo de la Mesa Directiva para el periodo 2025–2027. En su intervención, subrayó que un acto tan trascendental simboliza continuidad, renovación y un firme compromiso con el porvenir.

Recordó que hace cinco años, el Lic. Mauricio Bicas asumió la presidencia del entonces Comité Ejecutivo. Fue precisamente durante la celebración del centenario de nuestra Kehilá cuando se impulsó un cambio estructural profundo que transformó la conformación de la actual Mesa Directiva. Bajo su liderazgo, se trazó una visión clara hacia los próximos cien años.

Con responsabilidad y determinación, Mauricio encabezó un proceso de modernización institucional que fortaleció nuestras bases. Reestructuró áreas clave, actualizó reglamentos y protocolos, consolidó equipos de trabajo y sumó profesionales expertos para enfrentar los desafíos de nuestro tiempo. Su gestión ha sido ejemplo de evolución con identidad, de firmeza con sensibilidad. Concluye esta etapa como presidente, pero continuará acompañando el crecimiento de la Comunidad desde su nuevo rol como Consejero.

Simultáneamente, se dio la bienvenida a una nueva etapa encabezada por la Dra. Raquel Feldman, quien ha demostrado una vida de profundo compromiso con los valores judíos, el sionismo y el quehacer comunitario. Raquel ha trabajado con dedicación para fortalecer los lazos que nos unen, fomentar la participación activa y atender con cercanía las necesidades de nuestros miembros.

En su mensaje de despedida, el Lic. Mauricio Bicas expresó:

“Hoy me dirijo a ustedes con el corazón lleno de gratitud y emoción. No solo como quien concluye un ciclo como presidente de la Kehilá, sino como alguien profundamente agradecido por haber tenido el privilegio de servir a una comunidad tan viva, tan comprometida y tan especial como la nuestra.

“No les voy a mentir: aceptar este rol me generaba una mezcla de emoción y responsabilidad. Pero lo que encontré en el camino fue mucho más grande de lo que imaginaba. Encontré unión, voluntad, apoyo, amistad y una fuerza silenciosa que impulsa a esta comunidad todos los días: la gran cantidad de personas que trabajan sin buscar protagonismo, pero con el corazón lleno.

“A lo largo de estos años hubo retos, decisiones difíciles y momentos que exigieron paciencia, visión y diálogo. Pero también hubo celebraciones, proyectos concretados, espacios fortalecidos y nuevas generaciones que se sintieron más cerca de su identidad y de su gente.

“Para mí, eso es lo que más vale, porque esta Kehilá no es un edificio ni una administración: es una familia. Y como toda familia, a veces se discute, se piensa distinto… pero siempre se construye desde el respeto y el amor por algo más grande que nosotros: la continuidad, la memoria y el futuro.

“Quiero agradecer a D-os por darme la salud, la mente y la fuerza para culminar esta etapa.

“Agradezco de manera muy especial a mi esposa por ser siempre solidaria, empática y mi principal apoyo. Gracias por acompañarme en todos mis proyectos de vida.

“A mis hijos, por estar siempre conmigo, debatir los temas comunitarios, tenerme paciencia, hacerme mejor persona y darme un motivo para mejorar este mundo.

“A mis padres, por darme la vida, inculcarme valores, y enseñarme el amor al judaísmo y a Eretz Israel.

“Al Consejo, por confiar en mí y brindarme la oportunidad de dirigir a la Kehilá. Sin ustedes, nada de esto habría sido posible. Y también a mi familia y amigos, que me acompañaron en cada paso, incluso cuando el teléfono no dejaba de sonar o las reuniones se acumulaban.

“A toda mi Mesa Directiva, con quienes tuve el privilegio de trabajar, escuchar y compartir momentos inolvidables. A los voluntarios de distintas instituciones con quienes coincidimos en estos años.

“A los profesionales de la Kehilá, Rabinos, directores de escuelas, personal administrativo, miembros de comités: sin su trabajo cotidiano, nuestra Kehilá no sería lo que es.

“Y a cada uno de ustedes: gracias, gracias, gracias, por la confianza, la cercanía, las palabras de aliento y también por las críticas constructivas. Todo ello me ayudó a crecer, a aprender y a servir mejor.

“Le deseo a Raquel, nuestra próxima presidenta, y a su equipo, todo el éxito. Que encuentren, como yo encontré, una comunidad que sabe unirse, dialogar y cuidar lo que somos.

“Estimada Raquel, sabes que cuentas conmigo para lo que necesites.

“Hoy me despido de este cargo, pero no de mi compromiso con la Kehilá y con la Comunidad Judía de México. Sigo siendo parte de este proyecto colectivo, que no termina con una gestión, sino que se reinventa en cada etapa.

“Gracias por permitirme ser parte de esta historia. Que sigamos construyendo juntos.”

Al finalizar hizo entrega de reconocimientos a todos los Askanim y Askaniot, que conformaron su equipo, quienes quedaron sumamente emocionados al recibir esta distinción.

Posteriormente, el Lic. Victor Goldner invitó a la Dra. Raquel Feldman a subir al estrado para dirigir su emotivo mensaje:

“Me siento honrada de asumir el cargo como presidenta de la Kehile, y seguir los pasos de los que nos antecedieron. Cada uno de ellos afrontó desafíos propios de su época.

“Nuestros abuelos y bisabuelos se enfrentaron al reto de crear una comunidad que pudiera acoger a los nuevos inmigrantes y apoyarlos para salir adelante, crearon instituciones para ofrecer servicios educativos, religiosos, sociales y de asistencia a sus miembros. Nuestros padres continuaron reforzando esas instituciones y crearon otras nuevas, reflejo de una comunidad ya establecida y floreciente. Algunos enfrentaron crisis económicas, otros más de salud. Y ahora, nosotros nos encontramos frente a nuevos desafíos: la indiferencia, la falta de confianza en las instituciones y la apatía por pertenecer. Y es comprensible. Nos hemos acostumbrado a vivir de una manera cómoda, tenemos todas nuestras necesidades resueltas y no nos damos cuenta que esa estabilidad es el resultado de vivir en comunidad.

“En el Sefer Bamidbar, Bilam, cuya misión era maldecir a Am Israel, nos bendice con estas palabras: Am Levadad Yishkon, serán siempre un pueblo aislado. ¿Cómo puede esto ser una bendición? Parece que estamos destinados a vivir siempre solos, separados de los demás. La clave está en el significado que le damos: si lo interpretamos con un sentido de orgullo y misión, viviendo unidos, apoyándonos y ayudándonos mutuamente, entonces, sin duda, la sentencia Levadad Yishkon es una bendición. De lo contrario, definitivamente es algo negativo.

“Los fundadores de la Kehile, aquellos que la constituyeron hace más de 100 años, provenían de comunidades cerradas, donde la vida estaba marcada por la ayuda y solidaridad. Esa forma de vida, tan profundamente arraigada en su experiencia cotidiana, la trajeron consigo al establecer nuestra comunidad, convencidos de que solo a través de la unión, el apoyo mutuo y el compromiso con el prójimo, sin importar las diferencias, se podría garantizar la supervivencia y prosperidad de nuestro pueblo. Ellos entendieron que vivir en comunidad era la única manera de afrontar los retos y las adversidades que se presentarían, tanto en tiempos de paz como en tiempos difíciles.

“Hoy, nuestro objetivo no es encontrar la solución a una necesidad tangible, sino llegar a la conciencia de nuestros socios. Si aprendemos a valorar lo que tenemos, si entendemos que ser parte de algo más grande que nosotros mismos nos otorga una identidad, una misión y un propósito, entonces la Kehilá continuará creciendo y prosperando. Somos conscientes del desafío, y trabajaremos para hacer que cada socio ashkenazí se sienta orgulloso de ser parte de esta comunidad y entienda que la credencial de la Kehilá va más allá de los servicios y beneficios, que comprenda que es un emblema de identidad, educación, cultura, sionismo, tzedaká, jésed, e idishkait.

“El conocido enunciado de Masejet Avot: Lo aleja hamelajá ligmor, ve lo atá ben jorin lebatel mimena (no te corresponde a ti terminar la obra, pero no eres libre de eximirte de ella) es una enseñanza profunda de nuestros sabios sobre responsabilidad y continuidad. Nos invita a realizar la tarea que se necesita en el momento de la mejor manera posible, y, al mismo tiempo, a preparar a alguien para que continúe el trabajo, asegurando así que nuestro legado no se pierda.

“Mauri, muchas gracias por todas las horas dedicadas a la Kehile, sin duda fue tiempo bien invertido, tu dedicación y pasión por nuestra comunidad han sido una inspiración para todos nosotros. Tus horas de trabajo no solo han dejado huella en nuestras instituciones, sino también en cada corazón que ha sentido tu apoyo. Te agradecemos no solo por lo que hiciste, sino por el ejemplo que nos diste.

“Gracias también a los miembros del Consejo y del Consejo honorario por el tiempo dedicado durante su gestión y por seguir estando presentes, preocupados y queriendo a nuestra Kehile.

“Gracias a los profesionales; y a los voluntarios que continuarán en la mesa directiva
por su deseo de seguir trabajando conmigo, creando nuevos proyectos para enriquecer y hacer crecer nuestra comunidad. Nuestro compromiso es continuar el legado, trabajando con dedicación para fortalecer nuestra Kehilá y mantener vivas sus tradiciones y valores, asegurando su perpetuidad.

“Siguiendo las palabras del Rabino Jonathan Sacks: “la belleza de una kehilá es que cuando está impulsada por un propósito contructivo, reúne las diferentes y singulares contribuciones separadas de muchos individuos”.

A todos ustedes, que Hashem les mande salud, parnasá tova, brajá y hatzlajá en todo lo que hagan.

“Doy gracias a Dios por haberme dado unos abuelos de los que aprendí que nunca hay que rendirse, que el trabajo arduo es clave para conseguir lo que uno desea y que siempre debemos preocuparnos por los demás. Por tener unos padres que me enseñaron la humildad, la responsabilidad, a ayudar al prójimo y a creer que nada es imposible. Por tener una familia en la que nos escuchamos, apoyamos y alentamos mutuamente. Y, sobre todo, por tener unos hijos que son mi inspiración; todos los días aprendo algo de ustedes, me dan fuerzas para seguir adelante.

“No quiero terminar sin antes desear que vengan tiempos mejores, de paz y tranquilidad para todo Am Israel.”

En esta forma, llegó a su fin la ceremonia en un ambiente muy cordial, todos íntimamente ligados a la Kehilá Ashkenazí, una institución que ha marcado para todos nosotros un gran puente con nuestra identidad y religión judía, manteniendo a todos nuestros miembros unidos y comprometidos con el camino que desde hace un siglo se caracteriza por el amor a nuestros principios como pueblo judío.

Kehila Ashkenazi, A.C. Todos los derechos reservados.
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