Arvit: 19:15
Shajarit: 9:00
Minja: 18:15
La Kehilá Ashkenazí de México conmemoró Yom Hashoá en memoria de nuestros seis millones de hermanos victimados por el régimen nazi en el Panteón Israelita de Constituyentes el pasado martes 18 de abril, en el que estuvieron presentes descendientes de Sobrevivientes, Directivos de diferentes instituciones, representantes de los Colegios afiliados a nuestra Comunidad, así como público en general.
Como cada año, esta fecha es un motivo de profunda reflexión acerca del lamentable hecho histórico, del que todos debemos estar alertas para que ningún pueblo del mundo, sufra lo que se vivió durante la Segunda Guerra, porque el genocidio entendido precisamente como la aniquilación o exterminio sistemático y deliberado por motivos raciales, políticos o religiosos, es una responsabilidad de todos los gobiernos, sociedades y grupos sociales para que nunca se repita.
Sabemos que cada vida que se perdió fue terrible, millones de historias de vidas truncadas sin importar la edad de las víctimas. El daño no solo fue el asesinato, también fue la degradación, el sufrimiento y afectación de quienes sobrevivieron, quienes siempre cargaron con el trauma de la persecución, del odio, la pérdida de sus seres queridos y el temor, elementos que se han ido heredando con sus propias y particulares efectos en las generaciones que hemos recibido el dolor y la tristeza.
El encendido de velas en señal de duelo por las víctimas se llevó en medio de un ambiente se profundo silencio, y con la participación del Rabino Jonathan Libersohn, quien ofreció un trascendente mensaje, así como el rezo de Malé Rajamím a cargo del Jazán Yaky Lauer.
Los alumnos del Colegio Hebreo Tarbut, la Escuela Yavne y Olamí Ort, tuvieron a su cargo, transmitir unas palabras, las cuales nos permitimos compartir con nuestros lectores.
El día de hoy estamos conmemorando la pérdida de 6 millones de nuestros hermanos y hermanas asesinados durante la Shoá. Hoy estamos aquí recordando a aquellos que lucharon por sobrevivir y mantener el legado del judaísmo vivo.
La Shoá nos enseñó muchas cosas, pero lo que hoy queremos abarcar es la resiliencia que tuvieron todas las personas judías, que, sin importar las circunstancias en las que se encontraban, continuaron de pie para que hoy nosotros podamos estar aquí.
Haciendo este discurso tratamos de ver 6 de millones de sueños, 6 millones de esperanzas,
6 millones de historias, 6 millones de vidas. Pero eso fue imposible, porque no somos capaces de dimensionar todo lo que esta tragedia nos quitó.
Debemos recordar a aquellos que perdieron la vida en el Holocausto, así como a aquellos que sobrevivieron y sufrieron horrores innombrables. Debemos reconocer la valentía y la resistencia de aquellos que lucharon contra la opresión y la discriminación.
Este recuerdo debe ser un recordatorio para nosotros que la intolerancia y el odio nunca deben ser tolerados. Debemos aprender de la historia y trabajar juntos para construir un futuro en el que la igualdad y el respeto mutuo sean los valores centrales y fundamentales.
Por lo tanto, en este día de conmemoración del Holocausto, hagamos una pausa para honrar a aquellos que fueron asesinados y a aquellos que sobrevivieron. Recordemos su legado y prometamos trabajar por un futuro mejor, en el que nunca se repita un evento tan terrible como la Shoá.
A pesar de la brutalidad del Holocausto, los sobrevivientes han sido una inspiración para el mundo. Contra todo pronóstico, sobrevivieron a una de las peores tragedias de la historia y reconstruyeron sus vidas. Su resistencia, coraje y esperanza son un testimonio de la fuerza de la humanidad en contra de la adversidad.
En nombre de todos los presentes aquí hoy, queremos honrar a las víctimas y sobrevivientes del Holocausto. Que su memoria viva para siempre, y que nunca olvidemos la importancia de la tolerancia, el respeto y la compasión en nuestras vidas cotidianas.
Muchas gracias.
Hoy, en Yom Hashoa, nos reunimos para recordar y honrar a las víctimas judías que sufrieron y murieron en uno de los episodios más oscuros de la historia de la humanidad. Las atrocidades cometidas durante la Shoá son difíciles de imaginar y comprender, pero es importante que nunca olvidemos las lecciones que nos enseña esta tragedia.
A pesar de los horrores que vivieron, muchos de los sobrevivientes encontraron consuelo en su fe en D-os. Esta fe les permitió encontrar esperanza y fortaleza para seguir adelante y reconstruir sus vidas después de la guerra.
Hoy, en nuestro propio mundo lleno de desafíos y luchas, podemos encontrar inspiración en la fortaleza y la determinación de aquellos que vivieron la Shoá
Al recordar a las víctimas, honramos su memoria y nos comprometemos a nunca olvidar su sufrimiento. Pero también podemos encontrar motivación en su ejemplo y tener la certeza de que aunque enfrentemos dificultades en nuestras propias vidas, nunca debemos perder la fe en D-os y en nosotros mismos.
Am Israel Jai.
Hoy, nos reunimos en este lugar sagrado para honrar y recordar a los seis millones de almas que perdieron la vida durante el Holocausto. Nos reunimos para rendir homenaje a aquellos que sufrieron terribles atrocidades en manos del odio y la intolerancia. Pero, sobre todo, nos juntamos para asegurarnos de que nunca olvidemos esta tragedia histórica.
El Holocausto fue un acto sin precedentes de barbarie y crueldad. Fue una tragedia humana que ha dejado una cicatriz indeleble en la historia del pueblo judío y de la humanidad. A lo largo de los años, hemos oído las historias de aquellos que murieron o sobrevivieron a los campos de concentración, a la violencia y a la muerte. Sus relatos nos han inspirado y nos han enseñado la importancia de luchar contra la intolerancia y el odio en todas sus formas.
Hoy que recordamos a las víctimas del Holocausto, debemos hacerlo con humildad y solemnidad. Detrás de cada número, cada estadística, había una persona, una vida, una historia. Una historia interrumpida, una vida robada, una persona asesinada por la ideología del odio.
Al mismo tiempo, debemos recordar que la historia no termina con el Holocausto. El odio y la intolerancia siguen siendo una amenaza muy real en nuestro mundo.
Hasta el día de hoy, el antisemitismo es una problemática muy presente en nuestras vidas y es una batalla que tenemos que pelear por medio de la paz y la unión como pueblo.
Por eso, hoy, debemos pararnos con firmeza como Am Israel y no tolerar la injusticia ni la discriminación. Debemos asegurarnos de que las historias de las víctimas del Holocausto no se desvanezcan en el tiempo y mantenerlas con vida por medio del recuerdo. Es crucial que las generaciones futuras comprendan la importancia de la tolerancia, la compasión y la justicia.
Recordemos hoy a las víctimas del Holocausto con respeto y compasión. Pero, sobre todo, recordémoslas con esperanza y compromiso. Sigamos luchando para crear un mundo más humano para todos. Nunca olvidemos la dolorosa lección del Holocausto y asegurémonos de que con la memoria colectiva no dejemos que nunca vuelva a suceder algo así.