Jorge Diener, Director Ejecutivo de Hadassah Internacional, quien después de dirigir la ayuda internacional del Hospital Hadassah ante la crisis de Covid-19, ahora lidera la ayuda médica y humanitaria a refugiados ucranianos en la frontera con Polonia.

A poco más de 100 días de la invasión de Rusia a Ucrania, Diener reflexiona y nos cuenta su experiencia desde la primera línea de esta crisis humanitaria.

“Vengo con una historia que no elegimos, si no que nos tocó vivir”. La historia comenzó cuando Rusia invadió Ucrania, la percepción de los medios era que el combate no se iba a prolongar. Diener recuerda que en ese momento entendió que la situación no iba a ser como la pintaban en los medios, y qué, como director de Hadassah Internacional, tenía la responsabilidad de utilizar todas las herramientas con las que cuenta la institución para brindar apoyo desde Israel.

Una semana después del inicio del conflicto, junto con un equipo de médicos de Hadassah, emprendieron el viaje
hacia Polonia. Se dirigieron hacia la frontera para evaluar las necesidades y cómo resolverlas con los recursos con
los que contaban. Se encontraron con miles de refugiados saliendo de Ucrania, en su mayoría mujeres y niños,
llevando consigo todo lo que les cabía en una pequeña maleta para poder huir de la guerra.

“Esas imágenes me resultan familiares” reflexiona Diener, nieto de sobrevivientes del Holocausto, sobre las miles de personas que dejaron su vida atrás, agregando que la única diferencia es que pensó que nunca iba a tener que verlo personalmente. Y es que, a pesar de no ser igual a lo ocurrido durante el Holocausto, esta guerra es una tragedia de proporciones similares.