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Mensaje de Janucá de Mauricio Bicas Presidente de la Kehilá

Son más de dos mil años de la guerra de la revuelta de los Macabeos, y en el transcurso de todo este tiempo, la historia del pueblo judío ha traspasado obstáculos sumamente difíciles, no solamente de persecución, pogromos, intentos de que todo nuestro pueblo desaparezca, terrorismo, guerras, entre muchos otros hechos que han atentado contra la dignidad, la vida y la continuidad de nuestro judaísmo e Israel.

A diferencia de Purim que celebra que un milagro salvó nuestra existencia física, Janucá definitivamente resalta la salvación de nuestra esencia espiritual, los griegos no solo pretendieron la destrucción del Beit Hamikdash, Antioyojus impuso un sistema de vida civil y religiosa que muchos adoptaron por temor y esa nueva conducta se basaba en idolatría, paganismo y placeres.

La revuelta liderada por Yehuda Hamacabi y sus hermanos, se alzaron contra la opresión del rey seléucida Antíoco IV Epífanes y su política de imponer la cultura y religión griega en Judea. La lucha de los Macabeos es un evento importante en la historia judía, porque tanto los pueblos antiguos como los actuales cuando nos persiguen, lo hacen con un doble propósito, el de acabar con el pueblo de Israel y con su espíritu. De tal manera que la epopeya de los Jashmonaím, sirvió de buen ejemplo para sus hijos y para las futuras generaciones que hasta hoy día luchamos por el fortalecimiento de la fe judía, por nuestra conexión con la Torá como fuente esencial y por la existencia de Israel como nación.

En esta época del año y con los acontecimientos de los últimos meses en Eretz Israel, nos vuelven a poner a prueba, recordando que los judíos no podemos ni debemos parecernos a ninguna otra sociedad, tenemos que mantenernos siempre unidos enarbolando nuestra conexión con Hashem y pedir por el bienestar de todo el pueblo judío; por Israel para que logre traspasar todos los difíciles obstáculos que se presentan y que se mantenga siempre fuerte siendo la centralidad de la vida judía.

Más que nunca, nos hemos dado cuenta de que nadie nos puede destruir con la fuerza física y material, nosotros siempre venceremos a nuestros enemigos gracias a la fuerza espiritual que poseemos y con este poder de luz judía, simbolizada precisamente en nuestra fiesta de Janucá, podemos decir siempre con todas nuestras voces ¡Am Israel Jai!

Los invito a congratularse cada día en el que, en el ambiente familiar de sus hogares, se encienda día a día la luz de la Janukia, recordando el milagro, para que prevalezcan nuestras tradiciones e ideales y los valores sagrados de nuestro pueblo, así como la paz para Israel y para el mundo entero.

Deseo a toda la Comunidad ¡Jag Janucá Sameaj!

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