Arvit: 19:15
Shajarit: 9:00
Minja: 18:15
—Estamos empezando la campaña de KH, escuchamos al ponente que nos describió la situación en los kibutzim atacados de 7 de octubre y nos abrió los ojos para dejarnos ver las dificultades que el Estado de Israel tiene que superar para recuperarse de esta guerra infinita.
Por casualidad abrí el libro “Judíos entre los montes” de Meyer Rapoport y encontré la narracion de una campaña para Keren Hayersod que llevaron a cabo en 1936 que sirvió ayudar a los judios en Polonia que estaban sufriendo de un antisemitismo extremo.
¿Por qué hoy es tan difícil? La situación no puede ser peor. Hoy tenemos al Estado de Israel inmerso en una guerra que parece no tener fin, y que, a pesar de todo, es el que nos defiende en la golá, el que nos da un lugar en el mundo, el que mencionamos orgullosamente cada vez que conversamos, con la seguridad de que es y será, el hogar nacional para todos los judíos del mundo.
Leo en este capítulo algunas de las reflexiones de Rapoport en aquel entonces y encuentro que siempre hemos tenido que luchar contra el antisemitismo, sacar adelante nuestras instituciones, formar una comunidad que nos represente y nos dé un lugar donde todos tengamos derechos y podamos identificarnos como judíos.
¿Qué es lo que ha cambiado? Nada ha cambiado.
Y vuelvo a aquel lejano mayo de 1936.
El 2 de mayo de 1936 recibimos una carta del Comité de Ayuda para los judíos de Polonia, organizado en la Ciudad de México en un local de la calle Tacuba número 15, que es el Centro Cultural Judío en la capital. Al mismo tiempo, nos enviaron dos libretitas de recibo con la petición de llevar a cabo la campaña lo más pronto posible. El 6 de mayo se llamó a toda la comunidad a una reunión urgente para analizar la situación de los judíos en Polonia. Allí se tomó la decisión de presentar nuestra protesta contra los pogromos que se hacían contra los judíos en Polonia y enviarla al representante de este país en México. Se escogió una comisión para recolectar dinero entre la comunidad. La comisión estaba integrada por Leibl Berkman, David Barmak, Tuvia Berner, Moishe Leib Kesker, Abraham Marcuschamer, Leibush Bleiberg, y Benjamín Ostroviack.
—Y estas frases me hacen pensar: ¿Cuál era ese representante en el país que recibiría la protesta de esta pequeña comunidad? ¿Habrá existido? ¿Siquiera existió la protesta? Me surge una duda muy grande, enorme diría, es más, no creo que haya existido dicha protesta… en fin.
Sigo con la narración, volvamos a 1936.
Mientras tanto, el presupuesto de la escuela seguía en déficit debido a la crisis económica que amenazaba los negocios y tiendas de los judíos. La influencia de movimientos fascistas en México, como el sinarquismo y ciertos sectores de la Iglesia, avivaban un ambiente hostil. Bandas antisemitas organizadas impedían la entrada a los clientes, en el Norte del país las ideas nazis eran bienvenidas y tenían fuertes repercusiones.
A pesar de esto, las clases en la escuela continuaban de forma normal. El 10 de mayo, la profesora Shoshana Berkman organizó en el club el festejo de Lag BaOmer, el mismo día que se celebró el Día de las Madres. Los niños declamaron hermosos poemas y los alumnos mayores representaron la obra "El juicio del Rey Salomón". Todos le agradecieron de corazón a la profesora Shoshana.
—Nada nuevo, en los colegios judíos se celebran las fiestas, aunque bien es sabido que no hay un quinto que despilfarrar y los maestros de alguna manera siempre se las ingenian.
Lo siguiente me pareció muy interesante … ¿habrá resultado la estrategia que ahora les comparto?
Se organizó un grupo de padres de familia que asumió la responsabilidad de asegurar el presupuesto del colegio. Prometieron que en la próxima junta elaborarían un plan para lograrlo. El plan consistía en que los padres de los alumnos firmaran documentos a 15 meses, de modo que cada 3 meses se pagara un documento. El comité escolar lo aceptó y pidió amplio poder para recibir los documentos de los padres de familia.
—Pero, como vemos, la historia de los judíos es historia aparece hasta en el rincón más lejano y pequeño como Monterrey, en aquella época y que, a pesar de lo pobre que eran las comunicaciones, aquí ya se celebraba y se vivían los sucesos del pueblo judío.
En mayo de 1936 nos llegó la noticia de que en Londres había fallecido el Líder Sionista, diplomático, erudito y famoso escritor Nahum Sokoloff. Nos entristecimos mucho por la muerte de este gran judío que ayudó a obtener la Declaración Balfour de Inglaterra. Casi al mismo tiempo falleció Lord Allenby, el comandante militar inglés que derrotó a los turcos y los expulsó de Eretz Israel.
La campaña de 1936 refleja los mismos desafíos que hoy enfrentan organizaciones como Keren Hayesod. En aquel entonces, la comunidad judía en México, a pesar de estar también bajo presión económica y social, respondió con urgencia para ayudar a los judíos de Polonia. La solidaridad era inmediata, pues la violencia era tangible. Hoy, Keren Hayesod sigue su labor, pero enfrenta barreras distintas: la falta de conciencia sobre la situación de las comunidades en riesgo, las narrativas políticas que complican la percepción del sionismo y las prioridades económicas de las familias judías, que no siempre ven la necesidad con la misma urgencia.
La historia se repite de formas distintas. En 1936, los judíos de Polonia vivían persecución, violencia y exclusión social. Hoy, si bien los desafíos han cambiado, el compromiso con la ayuda mutua sigue siendo una constante. Lo que logró la comunidad en ese entonces nos recuerda que la solidaridad judía trasciende el tiempo y las circunstancias.
100 Años de Historia y Tradición
La Comunidad Judía de Monterrey invita cordialmente a conmemorar un siglo de presencia, legado y unión.
Un encuentro para honrar el camino recorrido y reflexionar sobre el futuro.
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