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Por Grace Gilson*
Grupos proisraelíes han acusado regularmente a Francesca Albanese, relatora de la ONU para los derechos palestinos, de tener prejuicios contra Israel e incluso antisemitas.
El gobierno de Trump ha instado a las Naciones Unidas a destituir a Francesca Albanese, relatora de la ONU sobre los derechos de los palestinos, alegando “antisemitismo virulento y apoyo al terrorismo”, según una carta obtenida por The Washington Free Beacon.
La carta, fechada el 20 de junio y dirigida al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, también alega que Albanese afirma ser una “abogada internacional”, pero no tiene licencia para ejercer la abogacía.
Albanesa, de nacionalidad italiana, acusa regularmente a Israel de genocidio en Gaza y ha afirmado que los ataques del 7 de octubre por parte de Hamás deben situarse en el “contexto de décadas de opresión impuesta a los palestinos”.
La advertencia del gobierno llega tras la publicación de un nuevo informe de Albanese titulado “De la economía de la ocupación a la economía del genocidio”.
En el informe, Albanese recomienda a las entidades corporativas que cesen todas sus actividades comerciales vinculadas con violaciones de derechos humanos y crímenes internacionales contra el pueblo palestino, y también les insta a pagar reparaciones al pueblo palestino.
“Esto demuestra cómo las corporaciones han alimentado y legitimado la destrucción de Palestina. El genocidio, al parecer, es rentable. Esto no puede continuar; debe rendir cuentas”, escribió Albanese en una publicación en X el lunes anunciando el informe.
En la carta del gobierno, la representante interina de Estados Unidos ante la ONU, Dorothy Shea, acusó a Albanese de librar una inaceptable campaña de guerra política y económica contra la economía estadounidense y mundial.
El Congreso Judío Mundial también condenó el nuevo informe de Albanese, acusándola de promover una narrativa profundamente sesgada.
“El informe de la Sra. Albanese es un ejemplo más del reiterado abuso de su mandato para promover una agenda política en lugar de defender los principios universales de los derechos humanos”, declaró la vicepresidenta ejecutiva del CJM, Maram Stern, en un comunicado.
Grupos proisraelíes como U.N. Watch y NGO Monitor han acusado regularmente a Albanese de tener prejuicios contra Israel e incluso de ser antisemita. En 2022, Albanese fue duramente criticada por altos diplomáticos estadounidenses e israelíes, quienes criticaron sus comentarios de 2014, en los que sugería que Europa estaba bajo la influencia del lobby judío y que sentía “culpa por el Holocausto”.
En febrero de 2024, Albanese también recibió una furiosa reacción al afirmar que las víctimas del ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023 «no fueron asesinadas por su judaísmo, sino en respuesta a la opresión de Israel». Linda Thomas-Greenfield, embajadora de Estados Unidos ante la ONU durante la presidencia de Biden, publicó en X en ese momento que Albanese «no es apta para su cargo. Las Naciones Unidas no deberían tolerar el antisemitismo de una funcionaria afiliada a la ONU, contratada para promover los derechos humanos».