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La educación de la mujer en Emuná

B´H

Presentado ante la Dirección General de Incorporación y Revalidación de Estudios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Mesa de Diálogo “Puentes de Creencias y Liderazgo"

Por Ariela Katz Gugenheim, Directora del Consejo Yeshivat Emuná

11 de marzo de 2025

El Día Internacional de la Mujer es un momento en el que el mundo reflexiona sobre el rol y los derechos de la mujer, y la invitación de la Dirección de Incorporaciones de la UNAM a una mesa redonda sobre el tema, me llevó a articular mis pensamientos con el fin de transmitirles en ese foro nuestra visión de la mujer.

En Yeshivat Emuná, como escuela judía ortodoxa, abordamos estos temas desde nuestra propia cosmovisión basada en la Torá y en la tradición de grandes pensadores judíos.

Ahora bien, el judaísmo tiene más de 4,000 años de existencia, y el rol de la mujer ha sido distinto a través de la historia. Con respecto a la antigüedad, y para explicar la concepción de la mujer en el judaísmo desde sus orígenes, quisiera mencionar un tema que a mí siempre me ha maravillado: La Ketubá.

La ketubá es el contrato matrimonial judío que ha sido un pilar fundamental en la estructura del matrimonio por lo menos desde la época del Segundo Templo en Jerusalén, (siglo VI a.e.c.) y probablemente desde la época de la Torá.

A diferencia de los contratos matrimoniales en otras culturas antiguas, la ketubá no solo formalizaba el matrimonio, sino que también aseguraba los derechos económicos y de protección de la mujer, en una época en la que tales derechos eran prácticamente inexistentes en la mayoría de las sociedades.

Según el Talmud (Masejet Ketubot 82b), Rabán Shimón ben Gamliel estableció que la ketubá debía ser redactada como un documento obligatorio para que el esposo no pudiera despedir a su esposa sin asumir una responsabilidad financiera. La ketubá evolucionó para convertirse en un mecanismo de justicia y estabilidad para la mujer dentro del matrimonio.

En efecto, en tiempos antiguos, muchas culturas consideraban a la mujer prácticamente sin derechos dentro del matrimonio. Podía ser repudiada sin compensación y, en algunos casos, quedaba desprotegida económica y socialmente. La ketubá, en cambio, establecía:

 

  1. Garantía financiera en caso de divorcio o viudez, pues la ketubá estipula una suma de dinero que el esposo se compromete a pagar en caso de divorcio o fallecimiento. Esto protegía a la mujer de ser abandonada sin recursos, Talmud (Ketubot 51a)

 

  1. Compromisos del esposo hacia su esposa, porque la ketubá no implicaba solo un pago en caso de divorcio o viudez, sino que también establecía deberes conyugales: el esposo debía proveer alimento, vestido y satisfacción emocional y también física a su esposa. Además, el Talmud (Ketubot 47b) enseña que estos deberes no eran opcionales y que el esposo no podía eximirse de ellos.

De esta forma, la ketubá elevaba el matrimonio de un simple acuerdo privado a una institución con protecciones legales y éticas, y aseguraba que la mujer no fuera considerada simplemente una propiedad o desechada arbitrariamente.

 

 Impacto en la Historia Judía

A lo largo de la historia, la ketubá fue una de las razones por las cuales las mujeres judías gozaban de mayor seguridad que sus contemporáneas en otras culturas. En la Europa medieval, por ejemplo, mientras que en muchas sociedades una mujer divorciada o viuda quedaba en extrema vulnerabilidad, las mujeres judías tenían derechos económicos garantizados por la ketubá.

Incluso en tiempos modernos, aunque en muchos países hay leyes de divorcio y compensación financiera, la ketubá sigue siendo un elemento esencial en los matrimonios judíos, pues más allá del aspecto legal, es un recordatorio de las responsabilidades y el respeto mutuo dentro del matrimonio.

La ketubá es un documento que demuestra la visión ética y progresista de la Torá y de los sabios del Talmud respecto al matrimonio. En una época en la que las mujeres carecían de derechos legales y protección financiera, la ketubá estableció un estándar de justicia y dignidad, asegurando que el matrimonio no fuera solo un contrato entre familias, sino un compromiso de respeto y responsabilidad mutua.

Quise hablar acerca de la Ketubá, porque la Ketubá es una expresión de la manera en que el judaísmo ve a la mujer, aplicado en su rol dentro del matrimonio, y es esta actitud la que permea toda la concepción de la mujer y su estrato en la sociedad judía.

 

Naturalmente, el enfoque hacia la educación de las mujeres ha variado según la época y la comunidad, y también los judíos hemos sido influidos por nuestro entorno. La evolución del pensamiento judío ha llevado a una mayor inclusión y reconocimiento de la importancia de la educación formal femenina, respaldada por destacados líderes y pensadores contemporáneos, de los cuales quisiera mencionar a dos que son guías morales de nuestra escuela, y cuya visión tratamos de aplicar en nuestra educación:

 

- Rav Shimshon Raphael Hirsch (Alemania, 1808-1888): Enseñó que la mujer en el judaísmo tiene un papel central en la transmisión de valores y en la construcción de una sociedad ética. No se trata de competencia entre géneros, sino de una complementariedad en la que la mujer es una columna fundamental en la educación y en la vida comunitaria.  En su comentario sobre Génesis 2:23, Rav Hirsch destaca la igualdad esencial entre el hombre y la mujer desde la creación. Y cito:

"La mujer fue formada de una costilla tomada del hombre para indicar que no fue formada de la cabeza para gobernarlo, ni de los pies para ser su esclava, sino del costado para ser igual a él, bajo su brazo para ser protegida y cerca de su corazón para ser amada."​

 

- Rav Y. B. Soloveitchik (Bielorusia 1903-1993 Boston): Habló sobre la "dignidad del individuo" y la necesidad de que cada persona, hombre o mujer, desarrolle su máximo potencial dentro del marco de la Halajá. Destacó que la mujer judía no es pasiva en la tradición, sino activa en su crecimiento intelectual y espiritual.

En su ensayo "The Emergence of Ethical Man", Rav Soloveitchik subraya la igualdad espiritual y moral de hombres y mujeres, y cito:

"El judaísmo no reconoce una diferencia ontológica entre hombre y mujer. Ambos fueron creados a imagen de Dios y ambos están igualmente llamados a la acción ética y al cumplimiento de los mandamientos."​

 

¿Cómo abordamos estos principios en Yeshivat Emuná? 

-Tanto Rav Shimshon Rafael Hirsch como Rav Soloveitchick, crearon sendas escuelas donde pusieron en práctica su visión del judaísmo, y donde la educación de la mujer alcanzaba el mismo nivel que la de los varones. Nosotros hemos adaptado esta forma de educar a nuestra realidad mexicana.

- De igual manera, nuestra escuela enfatiza la importancia del aprendizaje profundo para todas nuestras estudiantes. No hacemos diferencias en la calidad educativa entre niños y niñas, nos aseguramos de que ambos reciban una formación sólida en judaísmo y en educación general.  Gracias a la maestra Mónica Lisker, ya desde hace 10 años introdujimos en la escuela el trabajo por proyectos, y dentro de él educamos y alentamos a nuestras alumnas a tener un pensamiento crítico, a cuestionarse todo para comprenderlo mejor.

- Promovemos modelos femeninos de liderazgo dentro del judaísmo: desde figuras bíblicas hasta mujeres contemporáneas que han dejado huella en la historia judía y mundial.  Hace apenas unos años, celebramos el 8 de marzo con un panel integrado por mujeres judías mexicanas, religiosas, profesionistas, exitosas en su ramo, madres de familia, para que respondieran todas las preguntas que nuestras alumnas tuvieran para ellas, porque consideramos que el ejemplo es una de las vías más potentes para la educación exitosa. También, de nuevo gracias a la maestra Mónica, tenemos un acuerdo con MIT, quien por los últimos 5 años nos ha mandado estudiantes de maestría o doctorado mujeres para trabajar con nuestras estudiantes en temas como inteligencia artificial, robótica, e ingeniería civil entre otras, mostrando que la mujer puede llegar tan lejos como se lo proponga.

- Fomentamos la identidad y autoestima en nuestras alumnas para que vean su papel en la sociedad con dignidad y responsabilidad, como judías mexicanas, ya sea como futuras profesionales, académicas o líderes comunitarias, madres, o como suele suceder, ¡todo junto!

 

El desafío contemporáneo y la respuesta de Emuná 

A través de actividades extracurriculares y del currículo mismo, abordamos estos temas con sensibilidad y respeto a nuestra tradición. En Yeshivat Emuná, más que seguir modas ideológicas, educamos con profundidad y fidelidad a nuestros valores.

En un mundo donde el discurso de género a menudo busca borrar diferencias, el judaísmo nos recuerda que la igualdad no significa homogeneidad, sino que cada persona tiene una misión única.  Así, como escuela ortodoxa sionista, nos aseguramos de que nuestras alumnas entiendan su valor intrínseco y su capacidad para contribuir al mundo judío y a la sociedad en general.

Tratamos de formar mujeres que, con una fuerte base de judaísmo y madurez intelectual, podrán aportar en todos los ámbitos de nuestro país con confianza y claridad. Y como Rav Hirsch y Rav Soloveitchik enseñaron, inculcamos en nuestras alumnas que la mujer judía no es una espectadora de la historia, sino una arquitecta de nuestro futuro.

Kehila Ashkenazi, A.C. Todos los derechos reservados.
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