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Milagros

Por Carlos Missrie

"En Israel, para ser realista uno debe creer en milagros", dijo David Ben Gurión, el primer Primer Ministro de Israel. Esa palabra que utilizamos para explicar muchísimos sucesos a lo largo de nuestra historia como pueblo. Desde nuestra concepción como tal, vemos sucesos que nuestra tradición explica de forma portentosa su desarrollo.

Prestando atención en relato de la creación del universo a lo largo de seis larguísimos días, es a todas luces evidente (see what I did there?) el detalle constante es milagro tras milagro hasta establecer un sistema el cual el Gran Director de Orquesta dirige su Creación y nosotros llamamos naturaleza, los más aventurados, destino, y los más mesurados o ilusos quizá, lo llaman casualidad.

El episodio del diluvio de Noajh es por si sólo objeto de estudio científico de como logró meter las especies de animales en el arca con sus dimensiones y el cuidado particular de cada especie sin importar hábitat o especificación alimenticia.

Desde las primeras apariciones de Abraham Abinu en el Tanaj (Sefer Bereshit) la historia empezaba a dar lugar a eventos que a medida que transcurrían los desenlaces más que accidentados la Tradición nos indica que son portentos milagrosos. El incidente con el poderoso rey Nimrod en el que Abraham después de ser delatado por su propio padre es lanzado a un horno ardiente y -milagrosamente- no es consumido por las llamas, (cabe recalcar que su hermano no corrió con la misma suerte) entre otros varios a lo largo de su vida, ya marcaba la pauta hacia el destino que nos acompaña hasta el día de hoy.

Antes de seguir enlistando eventos históricos por todos conocidos definamos la palabra que nos ocupa. Según la Real Academia Española de la lengua se define como Hecho contrario a las leyes de la naturaleza, que se atribuye a una intervención divina o sobrenatural.

El Tanaj esta repleto de eventos de esta naturaleza. Expulsan a Ishmael de casa de su padre Abraham a la intemperie del desierto y en el momento más crítico en medio de un golpe de calor, Hagar su madre implora desesperadamente por su hijo desahuciado y milagrosamente brota un ojo de agua permitiéndole sobrevivir, y hasta el día de hoy ese suceso milagroso nos atormenta hasta el día de hoy (ese punto es materia de otro artículo). Seguimos con Akedat Itzjak (destacando su nacimiento a la edad de 100 años y 90 de su padre y madre respectivamente, aunado a la noticia entregada por medio de los ángeles después de sobrevivir a una circuncisión a los 99 años) donde también se adereza el relato con milagros entre otros; el avistamiento únicamente por Abraham e Itzjak de la santidad del lugar donde se llevaría a cabo el rito sacrificial, pero más trascendental aún es el avistamiento del carnero que sustituyó a Itzjak como sacrificio.

La historia de Yosef encierra milagros por doquier, su nacimiento después de la esterilidad de Rajhel, ser hijo de la ancianidad de Yaakov, sobrevivir la venta y las peripecias que lo acompañaron en Egipto, su ascenso al virreinato de la potencia mundial de la época y el eventual sometimiento de la nación anfitriona derivando en un período de esclavitud que parecía no tener final.

Más adelante tenemos el Éxodo en donde vemos todo tipo de acontecimientos que desafían toda lógica y desenlace que se presumiría natural. Pueblo oprimido que aumentaba en población a pesar de todos los esfuerzos por evitarlo. Diez demostraciones absolutas de poder y control de la naturaleza en la forma de las plagas que analizadas una por una desafían todas las leyes naturales. Mención especial las plagas del granizo que eran granizo y fuego ardiendo dentro del mismo granizo en armonía, en total desacato de las leyes naturales de ambos elementos. Mismo caso de la langosta en la cual después de sufrirla en los campos no ha vuelto a verse en Egipto una plaga similar como atestigua la narración.

Adelantándonos un poco más tenemos Keriat Yam Suf, evento trascendental en nuestra historia, el pueblo atestigua un acto de majestuosidad indescriptible, al nivel que Rashi sostiene que lo que una persona ignorante y simple presenció en ese momento, no pudo llegar a ese nivel el profeta Yejhezkel en Maase Hamerkaba.

Todos estos eventos tienen en común una característica que con detenimiento puede ser perceptible y hacen de ese detalle una constante en nuestra historia definiéndonos afín al milagro de la supervivencia.

La naturaleza en ese momento determinado se alteró para dar paso al desenlace que a priori se antojaba imposible, dando paso al milagro en cuestión.

Si queremos vivir milagros debemos crear una nueva realidad donde ese desenlace es altamente probable, en concordancia con el principio en somjim al ha-nés, que una persona no debería actuar apoyándose en milagros que sostiene el Talmud Kidushín 39b y en Pesajim 64a.

Ya sean milagros al descubierto, con magnificencia, gloria y esplendor como hemos visto hasta ahora o sean milagros naturales como la historia de Purim, Purim de Zaragoza o Nes Musan por nombrar solo algunos, la premisa se mantiene: altera tu realidad para dar paso a una nueva realidad donde el milagro sea esa realidad.

Eso fue lo que hicieron los Maccabim enJanucá, Esther y Mordejai en Purim, y más recientemente Herzl y Jabotinsky sentaron las bases de esa realidad que Ben Gurión junto con Beguin, entre otros para poder llegar a ese milagro que hoy tenemos en Israel.

Por eso en Israel para ser realista tienes que creer en los milagros.

¿Y tú, eres realista?

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