Para los ashkenazim empiezan Selijot

Las Selijot, nuestras oraciones dirigidas a Di-s con el fin de que perdone los pecados cometidos, se remontan a los tiempos de Moisés cuando suplicó a Di-s que perdone al pueblo judío por confeccionar el becerro de oro en el desierto; cuando el rey David había rogado que Di-s le perdone sus pecados; y el rey Salomón, también suplicó al Todopoderoso el perdón de los pecados de sus siervos. Cuando la Toráh nos asegura que Hashem expresó disposición de perdonar los pecados de los judíos en las palabras divinas dichas a Moisés: “Y dijo Di-s, he de perdonar, de acuerdo con tus propias palabras”.

Esa fue muestra clara de que las plegarias pidiendo perdón serán siempre aceptadas, en la inteligencia de que se reúnan colectivamente en los Templos y Sinagogas a fin de organizar oraciones unidas.

Diversos autores de plegarias religiosas en diversos países y bajo diversas circunstancias, habían compuesto plegarias de distinta naturaleza. Pero a pesar de esto, en todas las Selijot se deja escuchar una sola voz, un solo tono. Se trata del completo reconocimiento de nuestros pecados, aceptando humildemente la culpabilidad. No con prepotencia ni con arrogancia, ya que sabemos que estamos llamando a las puertas de Di-s, implorando la misericordia divina y terminamos la frase “…pedimos el perdón divino, perdónanos, oh Di-s”.

Los judíos, creemos que los hombres tienen libro albedrío y por lo mismo, es quizás que estemos expuestos a cometer errores y equivocaciones, sin embargo, si tenemos siempre presente nuestros valores, podemos identificar nuestras fallas, hacer conciencia, rectificar y pedirle a Hashem que nos perdone.

El judaísmo al conocer profundamente la naturaleza humana, tiene listo un paquete de oportunidades y sin duda, los espacios y el ejercicio pleno de conexión espiritual, más aún en estos días que se acercan y en los que los diferentes Shuln de nuestra querida Kehilá Ashkenazí abren sus puertas deseando que nuestras plegarias sean bien recibidas.

A Gut un Gezunt Yor.