Parashá Bamidbar 5783 “Ajuste de cuentas”

Jaime Levit

Muchas veces tenemos que hacer ajustes a nuestras cuentas económicas para que de esta manera nuestra contabilidad sea la correcta y así evitar multas fiscales. Sin embargo, hay algunas cuentas personales que significan más que eso y están relacionadas con la relación con las personas para que las tomemos en cuenta. Este acto logra una integridad, pero en caso contrario, podría haber una pérdida de relaciones retomando el término de lo económico como “números rojos”. Nuestras relaciones se pueden convertir en separaciones que nos condenan a estar solos y no hay nada más terrible que quedarse solo. Al cometer el más mínimo error, podemos perder una amistad de años, podemos acabar con un matrimonio de toda la vida, castigar o juzgar de forma equivocada a los demás, y sumarle problemas económicos por llevar mal las cuentas.

Lo peor en todo caso es separarse de Hashem, los errores ocupan un lugar muy importante en la historia del ser humano, sus consecuencias pueden ser impredecibles y casi siempre afectan a otros de forma dolorosa pero también pueden causarnos daños de una forma irreparable. Llega entonces Parashá Bamidbar, donde es un sistema de contabilidad tan perfecto que logró hacer un censo al pueblo judío ya que como debemos recordar, éste se trasladó en el desierto y el propósito además era saber el número de personas, con el fin de organizar las Tribus cuando viajaban en el desierto y así ir poder ir identificando, enumerando a cada uno de los miembros ya que cada uno, tenía una función diferente para distribuirlos de una forma equitativa. La Tribu de Levi fue contada por aparte por tener otro tipo de responsabilidades sacerdotales, las cuales eran las de servir en el tabernáculo, de esta manera, garantizar la labor espiritual y a diferencia de otras Tribus en su derecho a la tierra, los Levi se les asignó ciudades en todo Israel. La vida nos cuenta muchas cosas, nos trae muchas pruebas y ya en el caso de Bamidbar, nos presenta experiencias, como también, un largo viaje que comenzó en el desierto, cuando el pueblo judío salió de Egipto. En una metáfora podemos decir que aún seguimos caminando y cada vez con las experiencias que vivimos, podemos ir ajustándonos y equilibrando las cosas para poder trabajar de una manera responsable y así obtener buenos resultados en la vida, por lo que es importante siempre llevar bien las cuentas. ¡Shabat Shalom!