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Parashá Teruma 5783

“Recaudación espiritual”

Pensaríamos que la recaudación siempre se refiere a impuestos para el gobierno, sin embargo, también existe un tipo que se diferencia de lo que un gobierno se beneficia económicamente. Lo que podemos apreciar es que las personas, se ven también beneficiados a la vez tanto material como espiritualmente, porque como sabemos todas las cosas vienen de Hashem y de alguna forma, nos da absolutamente todo. Lo único que debemos hacer, es agradecerle tomando una parte de lo que nos da. De esta manera, dado que las Parashot tienen un sentido en su título. “Teruma” proviene de la raíz en el idioma Hebreo “Rum” que significa “elevar”. Dentro del judaísmo y en su espiritualidad, las cosas materiales no solo son en un plano sino más bien esa materia tiene también un gran valor espiritual, por así llamarlo. Otra perspectiva de la Parashá Teruma, es el sistema de recaudación cuando se le pidió al pueblo judío contribuir con materiales desde oro, plata y cobre; lana teñida de color azul, púrpura y rojo; lino, pelo de cabra, pieles de animales, madera, aceite de oliva, especias y piedras preciosas, todo este material para la construcción del templo; todo proyecto necesita de elementos físicos, sin embargo, a veces estos elementos físicos se pueden elevar a un nivel espiritual y que más si es para la construcción del sagrado templo. Otro ejemplo es, cuando decimos bendiciones no es solamente la parte física sino también el valor que le damos a la misma. Tzedaka (donativo) es otra forma de contribución en el cual damos un porcentaje de nuestras ganancias para varios fines, ayudar a las instituciones o también a los pobres, por lo que no solo estos se ven beneficiados, también nosotros mismos, siempre y cuando sean desde nuestro corazón y no a la fuerza. A medida que vamos adentrándonos en la forma meticulosa e increíblemente detallada de cada una de las cosas a construir, nos encontramos, en primer lugar, cómo Hashem, ha incorporado a todas las cosas de la naturaleza para crear algo y así todos estos elementos que se consiguieron tenían medidas específicas, tipo de materiales para que el proceso de la construcción del templo fuera un éxito y así crear el llamado Mishkan. Tomó algo de tiempo como cualquier proyecto de construcción para que de esta manera el pueblo judío le sirviera como un lugar de reunión y contacto con Hashem durante los cuarenta años en el desierto, hasta su entrada a Israel, y posteriormente se construiría uno permanente. De esta manera vemos que no solo las cosas se tienen que hacer mecánicamente, sino más bien entender ¿Por qué las hacemos? ¿Qué valor le damos a las cosas? Para que de alguna manera no solo pensemos en un valor económico o de convertirnos en simplemente materialistas sino más bien, ser personas que realmente tengamos el gusto de recaudar un valor espiritualmente y fortalezcamos más esa relación con el mundo y con Hashem.

¡Shabat Shalom!

Kehila Ashkenazi, A.C. Todos los derechos reservados.
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