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Purim es una de las festividades más alegres del calendario judío, marcada por la lectura de la Meguilat Ester, el intercambio de obsequios (mishloaj manot), la ayuda a los necesitados (matanot la’evionim) y la celebración con comidas festivas. Sin embargo, más allá de la alegría, Purim encierra un mensaje profundo sobre la resistencia y la lucha contra la opresión.
La historia de Purim relata cómo Hamán, visir del rey persa Ajashverosh, planeó exterminar al pueblo judío simplemente por su identidad y creencias. Pero a través del coraje de Mordejai y la astucia de la reina Ester, los judíos lograron salvarse y revertir el decreto de aniquilación.
Sin embargo, Hamán no ha sido solo un personaje de la Persia antigua. A lo largo de la historia, su espíritu ha resurgido en distintos momentos y en diferentes figuras que han intentado acabar con el pueblo judío.
Los “Hamans” a lo largo de la historia
Durante la época del Segundo Templo, el rey seléucida intentó erradicar la práctica del judaísmo, imponiendo la cultura helenística y prohibiendo la observancia de la Torá. Su opresión condujo a la revuelta de los Macabeos, que se conmemora en la festividad de Janucá.
En 1492, los judíos fueron expulsados de España mediante el Edicto de Granada, lo que llevó a la diáspora sefardí. Aquellos que permanecieron y practicaban su fe en secreto fueron perseguidos por la Inquisición, enfrentando torturas y ejecuciones.
En Ucrania, este líder cosaco lideró revueltas contra la Commonwealth polaco-lituana, masacrando a decenas de miles de judíos en pogromos salvajes. Su legado de odio dejó una profunda marca en la historia del judaísmo europeo.
Adolf Hitler y el nazismo llevaron el antisemitismo a niveles sin precedentes, asesinando a seis millones de judíos en un intento sistemático de exterminio. La Shoá sigue siendo el recordatorio más reciente de hasta dónde puede llegar el odio antisemita.
Hoy en día, el pueblo judío sigue enfrentando desafíos y amenazas en diversas formas, desde el resurgimiento del antisemitismo en Europa y Estados Unidos, hasta los constantes ataques y negaciones del derecho de Israel a existir. Hamán ya no es un solo hombre, sino una ideología que resurge con diferentes nombres y justificaciones.
Esta trágica fecha ha puesto al pueblo de Israel en todos los confines del mundo en alerta. Nadie imaginó la posibilidad de que grupos terroristas organizados se introdujeran al territorio israelí para realizar la masacre de este día, y consecutivamente, el sufrimiento por lo rehenes en cautiverio. Lloramos por las víctimas y nos mantenemos en un estado de alerta por el antisemitismo que resurgió en el mundo.
A pesar de estos momentos oscuros, el mensaje de Purim sigue siendo uno de resiliencia y redención. La historia nos enseña que, aunque el pueblo judío ha enfrentado numerosos Hamanes, siempre ha prevalecido. La clave ha sido la unidad, el coraje y la fe.
Purim nos recuerda que no debemos ser pasivos ante el odio y la injusticia. Así como Mordejai y Ester tomaron acción, cada generación tiene la responsabilidad de alzar la voz contra el antisemitismo y luchar por la seguridad y continuidad del pueblo judío.
Como dice la Meguilá: “La luz y la alegría, el gozo y el honor fueron para los judíos” (Ester 8:16). Que Purim nos inspire a transformar la adversidad en fortaleza y a recordar que, al final, la luz de nuestro pueblo siempre brillará.
Referencias: