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Taller de escritura creativa en la Kehile

Impartido por Jenny Asse Chayo

LA CREATIVIDAD: ENTRAÑA DEL AMOR

Nueve meses tuve la oportunidad de trabajar con un grupo de mujeres en la Kehilé, nueve meses en los que nos parimos a nosotras mismas, para gestar la escritura de la entraña, del intelecto, de la sensibilidad profunda. La verdad es que ha sido maravilloso lo que se logró en el taller a nivel es de la creación, amistad , confianza y amor. Se hacen grupos donde se sueltan muchas emociones y te vas haciendo cómplice del alma del otro a través de sus escritos; porque escribir es siempre volcar el alma, mostrar heridas y sanarlas, convertir el dolor en belleza, exorcizar demonios y transformarlos en ángeles. Ser maestra de escritura creativa de un grupo de alumnas y mujeres maravillosas no sólo hizo mi alma más plena sino que me confirmo lo que dicen los sabios del Talmud: “Mucho aprendí de mis maestros pero de quien más aprendí fue de mis alumnas”. En la escritura creativa (sea cual sea el género) las alumnas, quienes aspiran a ser escritoras, no sólo aprendieron a desarrollar su creatividad, sino a abrir las puertas de la percepción, los ventanales de la imaginación.

La escritura te permite entrar a tu inconsciente y revelarlo en el papel en blanco que trazado ya con la verdad de las alumnas, dejan las huellas indelebles de sus espíritus en ese proceso conocerse a sí mismas más profundamente escribiendo y compartiendo sus textos con un grupo que se convierte en una especie de círculo mágico. La experiencia que yo viví en la Kehilé con ellas me permitió constatar que la escritura es un acto de amor pero a la vez un acto de protesta, la escritura al revelar la ciencia de cada espíritu se rebela contra la injusticia, la violencia, la tristeza interna/ externa, las fuerzas de la oscuridad y, en ese sentido la escritura se convierte en revolución, intenta transgredir los límites de la realidad hacia un más allá, en la imaginación de mundos mejores, en el llanto por los que sufren; la escritura es un acto de solidaridad con el otro desde la propia esencia, porque el escritor dice lo que otros callan y se convierte en la voz de todos y todas. Mis alumnas maravillosas todas mujeres sensibles y en búsqueda de sus propias verdades también entraron a sus almas a rebelarse a sí mismas quienes son, quienes fueron y quienes quieren llegar a ser.

En esa intimidad de almas que se vuelcan juntas en la palabra escrita para compartirla hubo lágrimas, hubo risas, emociones a flor de piel que fueron, no solo lago de aguas claras donde mirarse a sí mismas sino el espejo en el que fuimos dejando nuestras huellas. El primer ejercicio del taller fue que escribieran a partir de una frase: “veo mi rostro frente al espejo” el resultado final después de meses de trabajo es que ese espejo creció lleno de poesía, ensayo, reflexión pero, sobre todo, mostró todas las caras de cada una de nosotras a través de los vocablos que se miraron, rompieron el espejo de las imágenes que no les gustaban y lo reconstruyeron juntas más limpio, más hermoso donde el cristal había logrado ya convertirse en trasparencia pura. Agradezco a Dios y a Kehile el haberme abierto las puertas a tan maravillosa experiencia: “Has parido un grupo de creatividad” me dijo Sara Maya (una alumna) y con eso entendí que me parí a mi misma junto a ellas, que cada una de ellas se dio a sí misma a luz y que juntas formamos un vientre latiendo pleno de vida para parir un mundo mejor a través de la palabra. La escritura a menudo es también plegaria, muchos rezos salieron en los escritos, un acercamiento a la espiritualidad, un encuentro con lo divino de cada una nosotras y un re ligamiento con lo sagrado: con lo sagrado femenino, con lo sagrado divino, porque la palabra es al fin un encuentro con ese “Hágase la luz” que dijo Dios en los principios, “Hágase la luz” y Creó paraísos para habitarlos.

A través de esta experiencia es en mi taller constate lo que pensado siempre: somos capaces de sembrar paraísos en la tierra, porque ¿qué era el paraíso sino una comunión de almas verdaderas con el universo con el otro y con la inmensidad? Así que gracias a todas y cada una de ustedes: Viqui, Sara, Vivi, Raquel, Sofi, Corin , porque sé que juntas tocamos puertas para que los Edenes se abran y bajen a este mundo que tanto necesita de nuevas cosechas, de nuevos huertos, de jardines universales llenos de paz y amor. Gracias Anita Fainsod por abrirme las puertas de la Kehila y darme la oportunidad de sembrar en cada espíritu mi propio espíritu, ahora somos una conectadas para siempre en la entraña de la escritura que se ha convertido en el la entraña del amor. Que Dios las bendiga a todas, y que sigamos rompiendo mares para acceder a la Libertad, y la Conciencia de lo divino, con la pluma en mano como arma y con el acto poético frente al rostro del otro.

Gracias también por el enorme amor que recibí de ustedes, plena de todas siempre.

Kehila Ashkenazi, A.C. Todos los derechos reservados.
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