Arvit: 19:15
Shajarit: 9:00
Minja: 18:15
Parashá Vaiejí 5785
Por Jamie Levit
Toda la vida está llena de bendiciones y si no las podemos manejar es por falta de emuná, sobre todo cuando actuamos de una manera incorrecta, pero si lo hacemos de la forma correcta conforme pasa el tiempo vamos recibiendo bendiciones y dejando también un legado a las siguientes generaciones, tal es así que Vaeijí nos enseña el momento de los últimos días de Jacob.
Yosef prometió que lo sepultaría en Canaán, lo fueron a visitar Yosef junto con sus hijos Efraim y Menashé, Jacob junto con sus nietos los bendijo colocando la mano derecha sobre la cabeza de Efraim (el menor), y la izquierda sobre Menashé (el mayor). A Yosef le pareció incorrecto, pero Jacob rehusó cambiar la posición, profetizando que Efraim superaría a Menashé, luego, Jacob llamó a todos sus hijos junto a su lecho, habló a cada uno de ellos y los bendijo. Estas bendiciones estaban llenas de profecías sobre el futuro de cada Tribu, y de sus atributos y características. Por último, Jacob les pidió que lo sepultaran en la Mearat Hamajpelá, y murió.
Las bendiciones que nosotros solemos dar o pedir a otras personas. Normalmente, cuando una persona se acerca a un Rabino para pedirle una bendición, le pide que lo bendiga en aquella área que carece. Por ejemplo, si alguien no puede tener hijos después de muchos años de matrimonio, va con él y le pide una bendición para tener hijos. Si una persona tiene dificultades económicas para lograr mantener a su familia, va con él y le pide una bendición para que pueda mejorar su situación económica y goce de manutención más holgada. Rara vez encontramos que alguien con doce hijos le pida a un Rabino una berajá para tener hijos o un multimillonario pida una berajá de parnasá, creemos que las bendiciones son para recibir aquello que carecemos y nos parece importante poseer, ya sea de hijos al que no los tiene, de parnasá al que lucha para mantener su familia o de shalom bait al que tiene problemas maritales en su hogar.
Esta Parashá es el cierre de una integración familiar y es el motivo que la bendición se propague para todos y de nunca perder la esperanza, empezar a buscar en cada uno de todos el talento y sacar provecho del mismo para integrarnos como pueblo judío y que a pesar que cada uno de nosotros tenemos un carácter diferente, existe una fuerza de bendición a personalidades diferentes.
¡Shabat shalom!