Arvit: 19:15
Shajarit: 9:00
Minja: 18:15
Arturo Kemper
Este domingo es Erev Yom Hashoá, y desde que tengo uso de razón, no me había sentido tan abrumado como hoy, cuando la amenaza del antisemitismo sigue presente. En ocasiones nuestros mecanismos de defensa quieren darle vuelta a la hoja, sentirnos un poquito como si el odio a los judíos fuera algo del siglo pasado, que nos hemos convertido en algo universal y que ya no volveremos a ser víctimas de rechazo o de agresiones, pero ahora y el futuro nos preocupa como judíos, como comunidad y por nuestra profunda relación con Israel.
Desde el 7 de octubre, las terribles escenas de odio y masacre se nos enfrentan como una lección más, unido esto a la Shoá como un componente básico de nuestra identidad, en donde se mezcla un complejo proceso tanto individual como colectivo, dadas nuestras biografías familiares. Qué significa esto, precisamente que nunca deberemos alejarnos del impacto que sufrieron nuestros abuelos o más aún los bisabuelos, debemos siempre reforzar la comprensión de la experiencia de dolor y pérdida como aprendizaje constante para comprender el antisemitismo.
Yom Hashoá es una obligación en el que debemos profundizar cada vez más y no sentirlo como algo de lo que ya no queremos escuchar como el hartazgo de muchos jóvenes. Entendemos que nuestra inquietud es no seguir pareciendo víctimas ni sobrevivientes, quizás el deseo actual es el de responsabilizarnos de la realidad social en la que vivimos y luchar por la justicia.
Todos debemos convertirnos en expertos, así quizás podríamos reparar en la medida de nuestras posibilidades las heridas que nos ha dejado la historia, pero siempre que nos sea posible trascender en dejar y transmitir el testimonio de la Shoá o del 7 de octubre, estaremos colocando unidades repetidas para formar una fuerte cadena de información para estas y las futuras generaciones, porque no tendrán la oportunidad de aproximación que algunos tuvieron de quienes llegaron a México dejando a sus familias o aquellos que vivieron la trágica experiencia, sobrevivieron, pero que ya por su edad se han perdido en la última década. Aunque me gustaría reflexionar acerca de la gran diferencia que puede ser el antisemitismo del Holocausto al antisionismo y lucha en contra de la existencia del Estado de Israel, el terrorismo de Hamas, aunque ambos sucesos fueron inspirados por mentes enfermas, asesinas y deshumanizadas.
Más allá debemos lograr concientizar al mundo entero que las guerras y el odio nunca serán un camino adecuado para el progreso de la humanidad, aunque a veces cueste tanto cambiar criterios añejos luchando contra las grandes cadenas de antisemitismo.
Seguiremos entonces manifestando nuestro duelo y recordando Yom Hashoá no como lo que fue, sino como lo que es hoy día para todos los judíos del mundo, en el que además se le ha unido el antisionismo y el rechazo a la legitimidad de Israel a existir como nación judía.